jueves, 9 de agosto de 2012

Abel Fleury

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Abel Fleury (Dolores, 5 de abril de 1903 - Buenos Aires, 9 de agosto de 1958) fue un guitarrista y compositor argentino.
"Estilo pampeano" y "Milongueo del ayer" son dos de sus temas más conocidos. El primero figura hace más de 40 años como composición obligatoria en la Escuela Musical de Tomsk (Siberia, Rusia), lugar en el que el autor jamás estuvo.1

Biografía

Hijo de Juana Peón, planchadora y de Eduardo Fleury, panadero entre otros oficios, su vocación musical nació a sus 11 años aproximadamente; y le solicitó a su madre que le compre una guitarra. Las primeras lecciones de este instrumento las recibió justamente de su madre, quien le enseñó las primeras posiciones a través de una milonga. Avanzó en sus estudios teniendo por maestro a Froilán Rojas y más tarde al compositor Honorio Sicardi y Pascual Galeano, ambos de la ciudad de Dolores, con los que dio sus primeros pasos en el género. Perfeccionó sus estudios de guitarra con el maestro Domingo Prat.
A los 20 años abandonó la ciudad, residiendo en Mar del Plata, Tandil, Tres Arroyos, La Plata y Buenos Aires, dando conciertos con la asistencia de numeroso público. Se casó con una joven llamada Natalia Arámbulo.
En 1933, buscando mejor suerte, se trasladó a Buenos Aires y gracias a una carta de presentación del conocido recitador criollo de la época, Lauro Viana, empezó a participar, haciendo el fondo musical, en los recitales poético-gauchescos de Fernando Ochoa. También, ya separado de Natalia Arámbulo, se unió a Nelis Guerra y así nacieron tres hijos: Estela Juana, María Del Carmen y Abel Eduardo.
La sociedad artística con Ochoa facilitó su conocimiento por el público y su contratación, no sólo como solista sino también como director de conjuntos de guitarras. Estos grupos a los que el poeta gauchesco Claudio Martínez Paiva denominó escuadrones, gozaron de gran popularidad y con ellos actúa Fleury en estaciones radiofónicas y en distintas salas de Buenos Aires y el interior del país. Los escuadrones, que llegaron a contar con cuarenta guitarras, fueron integrados por artistas que luego ocuparon lugares destacados en el ámbito de la música popular, como Héctor Ayala, Roberto Grela y Ubaldo de Lío, entre otros.
Paralelamente, Fleury continuó su actividad solista y alcanzó el registro discográfico, primero en el sello Odeón y luego en el Víctor. Desde 1935 hasta 1954 grabó diez obras propias y un arreglo de Clavel del aire de Juan de Dios Filiberto. Alrededor de 1940 integró el Cuarteto Argentino de Música Popular con Pedro Maffia, Sebastián Piana y Alfredo Corletto, con este último realiza numerosas presentaciones, en especial en radiofonía.
El relativo éxito obtenido en espectáculos de música popular no lo disuadió de llevar a cabo una carrera como concertista de guitarra, actividad ésta que intentó organizando él mismo recitales en Buenos Aires y el interior del país. Tales espectáculos constaban habitualmente de tres partes: la primera integrada en su totalidad por obras del repertorio clásico de la guitarra: de autoría de Francisco Tárrega, Heitor Villa-Lobos, Fernando Sor, Dionisio Aguado, Manuel Ponce, Antonio Lauro, etc. y, a través de transcripciones, de Sylvius Leopoldus Weiss, Johann Sebastian Bach, Isaac Albéniz, Joaquín Malats, Wolgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Frédéric Chopin, etc. Una segunda parte dedicada a un recital poético o a una representación teatral (En una ocasión, Mateo de Discépolo por la compañía de Homero Cárpena) y una tercera dedicada generalmente a su propia producción solística o para dúos, tríos y cuartetos de guitarras.
En base a ese formato, realizó giras por el interior del país, actuando en Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Provincia de Buenos Aires. A partir de 1948 inició sus viajes al exterior, primero a Chile y con posterioridad a Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay (En este país mantiene una entrevista con el guitarrista, compositor y pedagogo Isaías Savio). Luego y gracias a un auspicio del Instituto Iberoamericano de Cultura de la Universidad de Madrid se presentó en España y más tarde en Francia, donde participó en conciertos en universidades.
Esa intensa actividad como intérprete no lo alejó de la composición, sino por el contrario, las creaciones que surgían de su pluma se iban incorporando al repertorio de sus conciertos. Según la planilla de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) sus obras editadas alcanzan los treinta y tres títulos.
Tales composiciones integran desde mediados de la década de 1980 los programas de estudio de los conservatorios de la provincia de Buenos Aires, de la Ciudad de Buenos Aires y de numerosos conservatorios,universidades y escuelas de música del país y el extranjero.
Su obra es considerada de carácter académico dentro del nacionalismo musical argentino.2
De regreso de uno de esos viajes, a comienzos de 1958, empezó a sentir los síntomas de una enfermedad que rápidamente lo llevó a la muerte, acaecida en Buenos Aires el 9 de agosto de ese año. Sus restos fueron trasladados a la ciudad de Dolores, donde fue homenajeado como su hijo más distinguido.

Referencias

  1. «Abel Fleury, vigencia de su arte magistral», artículo en el diario La Nación del 7 de enero de 2006. Publicado en su ediciòn impresa.
  2. Oscar Olmello. "Abel Fleury, un músico entre dos culturas". Revista Argentina de Musicología. Nº 9. Buenos Aires: AAM.
  3.  
       Fleury nació en Dolores, provincia de Buenos Aires, el 5 de abril de 1903. Provenía de una familia trabajadora; su madre, Juana Peón, planchadora, y Francisco el padre, hombre "de mil oficios" se ganaba la vida como panadero. A los 11 años le brotó la vocación musical; al pasar por la peluquería del pueblo sintió el sonido de una guitarra paisana que se le prendió al recuerdo para toda la vida. Desde ese instante le insistió a su madre para que le comprara una guitarrita. Y ella le dio las primeras lecciones, pasándole los tonos de un estilo y una milonga    Desde ese momento, hasta el fin de sus días las seis cuerdas se convirtieron en una pasión desvelada. Más tarde fue consolidando conocimientos en contacto con músicos populares de Dolores y otros intuitivos que pasaban por allí. Con el tiempo el destacado músico argentino Honorio Sicardi le dio lecciones de armonía. A los 20 años abandonó su pueblo y también se le despertaron las ansias de andar caminos. Residió alternativamente en Mar del Plata, Tres Arroyos, Tandil, La Plata, Buenos Aires, dando conciertos y lecciones a numeroso alumnado
       En 1933 se radicó en Buenos Aires, dándose a conocer por todo el país gracias a la generosidad de Fernando Ochoa que lo hizo participar en sus audiciones radiales. En ese momento comenzó múltiples y variadas actividades realizadas en corto tiempo Con su guitarra misteriosa ofre~ ció conciertos individuales por todo el país, en los rincones más insólitos. Además de hacer los fondos musicales de los poemas que recitaba Ochoa, creó y dirigió los famosos escuadrones de guitarras, constituidas por entre 12 y 15 intérpretes.
       Luego participó en los fines de fiesta" de las obras teatrales de Claudio Martínez Paiva: "Joven, viuda y estanciera" y "Ya tiene comisario el pueblo", participando junto a las primeras figuras de la escena nacional como Eva Franco, los actores Santiago' Arrieta, Marcos Kaplan, Pedro Tocci, Malvina Pastorino, Tita Merello, y otros.
       Por corto tiempo formó el Cuarteto Popular Argentino con Sebastián Piana (piano), Pedro Maffia (bandoneón) y Angel Corletto (contrabajo). Sus giras internacionales comenzaron en 1948; primero actuó en Chile, luego Uruguay y Brasil, país éste que recorrió en casi toda su extensión penetrando incluso en la selva del Matto Grosso. Finalmente Europa: España, parte de Francia y Bélgica, Portugal.
       Fleury fue uno de los primeros difusores de la música latinoamericana en el continente europeo, interpretando autores nacionales como Adolfo Luna, Pedro Herrera, Gómez Crespo, Tremsal, Juan de Dios Filiberto, Joaquín López Flores, los paraguayos Agustín Barrios, Félix Pérez Cardozo, Pablo Escobar, los uruguayos Eduardo Favini, Rubén Menéndez, Isaias Savio, Martínez Oyanguren. Héctor G. Costa, los brasileños Alberto Scupinari, Villa Lobos, Dilermando Reis, Lorenzo Fernández, el boliviano Eduardo Caba y Antonio Lauro de Venezuela. En su repertorio también incluía autores clásicos: Bach, Mozart, Haendel, Sor, Tárrega, Schubert.
       Fleury fue un constante caminador, con su instrumento, por los senderos del país y el mundo. Realizó sus conciertos en el exterior por medios propios sin ningún tipo de ayuda oficial. Recorrió parte de Europa en los años 52 y 53, dejando un gran recuerdo en todos los lugares que visitó, dando un gran ejemplo de humildad y talento.
       En España el gran musicólogo y crítico de arte español Eduardo López Chavarri, sostuvo: "Su concierto fue una magnífica lección de estilo. Sugerencias maravillosas nacían de su encordado que en sus manos vuelve a ser el instrumento misterioso que apenas desde el gran Tárrega nos es dado oír" (diario "Las Provincias", 12/2/53). Este músico bonaerense no fue un folclorista, sino un artista de formación clásica, sin embargo con su talento supo traducir fielmente el espíritu de la pampa húmeda y darle trascendencia universal a través de sus melodías. Por ello en los años 30, cuando nos visitó el gran poeta español Federico García Lorca, en una reunión donde también se encontraba Ochoa, oyó interpretar al guitarrista temas de su repertorio. Cuando terminó, el lírico español lo estrechó en un abrazo y le dijo:"¡Chico,tú no perteneces a América sino al Mundo!". Esa trascendencia universal se reflejó en hechos insólitos: "Estilo Pampeano" una de sus obras cumbre figura desde hace más de treinta años como composición obligatoria en la Escuela Musical de Tomsk, Siberia, Rusia. El autor nunca estuvo en ese país.
       Poetas de gran nivel como los uruguayos Yamandú Rodriguez y Víctor Lima le brindaron sus mejores versos. Yamandú afirmó en una glosa: "Abel Fleury no es un guitarrista más, es la guitarra toda,, por donde se aroma el alma de la patria". Pedro Boloqui de Chascomús también le dedicó sentidas décirnas, lo mismo que el tucumano Emilio Rubio. A ellos se suma el cantor y payador oriental López Terra, y el cantor y compositor santiagueño Rodolfo Ovejero. El pringlense Lorenzo Girola -fallecido hace pocos años?, cuando murió el músico dolorense, compuso el triste "Adiós a Fleury", para guitarra solista, una página muy sentida. últimamente Argentino Luna lo evoca en su milonga "Patrón del Clavijero".
       El 9 de agosto de 1958, a los 55 años de edad, este gran sensitivo partió de la vida. Cuarenta años se cumplen de su deceso; en forma asombrosa el arte de Fleury sigue conquistando nuevos y lejanos horizontes. Su música sigue sonando más allá del olvido y la indiferencia, latiendo eternidades.
    Articulo de Héctor García Martínez publicado en la revista "De mis pagos" en 1995
    Partituras http://www.guitarreriabsas.com.ar/partituras.php

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