sábado, 27 de octubre de 2012

EL CULTO A LA PATRIA


__EL CULTO A LA PATRIA. (Carlos Octavio Bunge, De Nuestra Patria, Buenos Aires, 1910)__
Érase un sabio anciano, padre de siete robustos jóvenes que vivían en la indiferencia y en la discordia. Sintiendo cerca la hora de la muerte, un día los llamó. Presentándoles siete varas sólidamente atadas, y les dijo:

-Dejaré en herencia toda mi hacienda a aquel de vosotros que pueda quebrarlas.
Uno a uno e
nsayaron los siete mancebos, doblando las varas sobre sus rodillas y exclamaron:

-No podemos padre.
Entonces el anciano desató las varas y las rompió sin esfuerzo, una tras otra. Observándoles sus hijos: así también podríamos haberlo hecho nosotros, padre, y el anciano les repuso:
-Esta lección, hijos míos, es la mejor herencia que os lego. Meditadla. Aislados, cualquiera os podrá quebrar como yo quebré esas varas. 
Unidos todos por el amor de hermanos, seréis fuertes e invencibles.
Esto que dijo aquel sabio anciano a sus hijos,debe repetirlo la patria a todos sus hombres.Porque un pueblo no es más que una familia.

Una nación es sólo un numeroso grupo de hermanos.

Los pueblos cuyos hijos viven en la discordia y en la indiferencia, desgastan sus fuerzas en estériles reyertas.

Los pueblos que fueron fuertes y gloriosos en la historia, lo fueron siempre porque sus hijos amaban la patria. 
Y todos los hombres que fueron grandes, cimentaron su grandeza en el desprecio a los intereses mezquinos y el amor a los hermosos ideales, especialmente a la patria.

Sólo en las sociedades decadentes y corrompidas, los hombres carecen de patriotismo. Esas sociedades están destinadas a debilitarse y perecer.

Si el culto de la patria es el culto de lo mejor de nosotros mismos, el amor a la patria se funda en el conocimiento de nuestra historia. Es nuestro pasado lo que nos une para defender nuestro porvenir. Suprimid el recuerdo de nuestras glorias y nuestros hombres y la nación se disgregará como las perlas de un collar, cuyo hilo se corta. Somos grandes por la memoria de lo que juntos hemos hecho, y fuertes por la esperanza de lo que juntos podemos hacer.

Querer la patria es servirla, y no hay más que un medio de servirla: el trabajo.

El trabajo con que sirvamos a la patria no será eficaz, si no se respeta a la ley. La ley dispone lo necesario para que cada ciudadano pueda realizar sus fines particulares y tiene por objeto la felicidad de todos. Quien falta a la ley, ataca a los demás. Si les ataca, no les ama ¡y no amar a los conciudadanos es no amar a la patria!

No olvidemos que desunidos seremos débiles y miserables, y que unidos seremos fuertes y poderosos. No olvidemos que sólo un sentimiento podrá ligarnos y dar cohesión a nuestros esfuerzos: el patriotismo.Y así, en nuestras horas de lucha como en nuestras horas de triunfo, en los recuerdos como en las esperanzas, en la vida como en la muerte, elevemos siempre nuestros corazones para clamar todos en una sola voz ¡Viva la Patria!


APORTE DE Enrique Avalos

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